"Viviendo sin limites" (titulo original Go-1999) se me descubre como casi una despedida a aquel cine noventero creado por Tarantino y Guy Ritchie en aquella década, y que tantos intentaron (la mayoría con poco acierto) copiar después.
Porque es inevitable deducir que este titulo del director Doug Liman (que unos años más tarde dirigió esa maravilla que es Al filo del mañana) bebe de Pul fiction, y todas esas historias entrelazadas de personajes "raros", pero en un nivel, obviamente, mucho más bajo, aunque siempre me ha gustado recordad que películas de historias imposibles y personajes en apuros casi siempre terminan naciendo del clásico "Jo que noche" (Martin Scorsese-1985). Y cuando me refiero a un nivel más bajo, es incluso en la escala "social" de protagonistas, ya que aquí no pasan de jovenzuelos cajeros metiendose en lios para poder pagar el alquiler.
Pero si hay algo por lo que un servidor ha disfrutado del visionado de este trabajo con 21 años de antiguedad (como pasa el tiempo, mare), es por la actuación de una joven Sarah Polley, que a un indudable atractivo físico, se le ve ya que tenía talento delante de la cámara.
Sarah Polley, una actriz con la que uno siempre se queda la sensación de que mereció algo más de estrellato del que tuvo su carrera en su momento de máximo nivel, pero supongo que prefirió elegir otro tipos de trabajos.
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