Juega esta película polaca a enseñarte el final en los primeros minutos, para engancharte y después empezar a enseñar como se llega a ese final.
Una pareja de inspectores de la policía (uno joven y nuevo, otro mayor y venido ya de vuelta) llegan a una casa donde, después de una fiesta de nochevieja, aparecen todos los que participaron en esa fiesta muertos.
Una buena idea que por desgracia no termina de desarrollarse todo lo bien que se podría aprovechar. Debería haberse olvidado de tanta broma (sin gracia) con sexo y centrarse más en la comedia negra y todas las muertes. Obviamente, el hecho de centrarse en situaciones con sexo es indicativa del objetivo principal de la producción (adolescentes jovenzuelos), pero por desgracia eso termina de lastrar bastante el resultado final.
También es notable que, pese a que es una producción decente y bien trabajada, falta lo que hace especial y sobresaliente a las realmente buenas películas, que no es otra cosa que el talento del director. Jan Belcl, el director eslovenio pero que dirige desde Polonia, y según la web este es su primer largo, demuestra que, o bien simplemente no lo tiene, o aún necesita algo de tiempo.
La apruebo por los pelos porque por lo menos para un visionado medioentretiene, aunque nunca la volvería a ver ni entrará en mi colección física.
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