jueves, 26 de marzo de 2015
FANÁTICO
Fánatico (The Fan)
1996
Estados Unidos
Director Tony Scott
Guión Phoef Sutton (Novela: Peter Abrahams)
Música Hans Zimmer
Fotografía Dariusz Wolski
Reparto
Robert De Niro, Wesley Snipes, John Leguizamo, Benicio Del Toro, Ellen Barkin, Chris Mulkey, Patti D'Arbanville, Dan Butler, Michael Jace, Don S. Davis, Tuesday Knight, Walter Addison, Kurt Fuller, Chante Moore, Frank Medrano, Edith Diaz
Sipnosis:
Bobby Rayburn lo ha sido todo en el béisbol. En el ocaso de su carrera consigue un gran contrato para volver a los San Francisco Giants, el equipo de su ciudad natal. Uno de sus seguidores, Gil Renard, consigue olvidar sus problemas personales (una exmujer que le odia, un hijo que le teme y un trabajo que está a punto de perder) gracias a su obsesión por el béisbol. Tanto es así que está dispuesto a hacer lo que sea para que Rayburn vuelva a ser el mejor.
Totalmente triturada en su estreno, sobre todo en España.
Tiene sin duda en su contra que está basado en un deporte que por aquí nos suena a chino, y que seguramente que a muchos terminen sacando de la película o directamente no los enganche a ella.
Revisitada más de 20 años despues, no es tan mala como siempre se ha puesto, aunque tampoco es una gran pelicula, ni siquiera muy buena, siendo entretenida en general.
Presentada como una especie de duelo entre los dos protagonistas, uno es un famoso deportista, aunque en horas bajas, y otro un vendedor de cuchillos con una vida destrozada pero que tiene pasión por el beisbol y en especial por el primero, del que es fan desde siempre.
El personaje de De Niro se une a su galería de tipos en los extremos, aunque este Gil Renard está realmente enloquecido, y no terminamos de creernos el papel, aunque tampoco ayuda que el actor borda (y traspasa) la linea que da a la sobreactuación.
Wesley Snipes se mantiene algo más calmado, aunque realmente no es una actor que nunca logre trasnmitir mucho, su cine es otro.
El problema del guión es que ya vemos a un Gil Renard en un estado muy pasado de rosca, y si no se explica bien el motivo, la película no termina de entenderse ni enganchar.
Vemos lo que hace, y la falta de más información nos obliga a o bien poner las cosas que faltan de nuestra propia cosecha, o bien pensar que es un personaje negativo "perse", y eso no ayuda al film.
En la parte tecnica, T. Scott nos ofrece una película muy de su estilo, con planos aereos, ritmo trepidante, música cañera, y una producción y fotografía muy noventera, en general a un buen nivel.
Este montaje queda perfecto sobre todo cuando tiene que poner en pantalla escenas de beisbol.
Tiene algunos buenos momentos, como cuando Boby Rayburn abre su nevera, o sobre todo, toda la parte de Gil Renard que no tiene que ver con el beisbol (en su trabajo o con su familia), donde se ve la vida tan oscura que tiene.
En resumen, con un guión algo más trabajado, estariamos ante una gran película.
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